“El carisma cofrade: culto, formación y caridad”

“El carisma cofrade: culto, formación y caridad”


Andrés E. García, cofrade y teólogo

Licenciado en Ciencias Religiosas por la Facultad de Teología de Granada, Máster en Teología por la Universidad de Murcia, Licenciado en Teología Fundamental por la Pontificia Università Antonianum de Roma, y profesor en el Colegio León XIII de Málaga, Andrés pone sus talentos al servicio de los demás como catequista, maestro y divulgador, ya sea en Málaga, en la Real, Muy Ilustre y Venerable Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo, María Santísima de la Trinidad Coronada y el Glorioso Apóstol Santiago, o en el continente digital, como en Twitter.

Pregunta. ¿Cómo surgió su inquietud por ser cofrade?
Respuesta. No puedo señalar un momento concreto, pues es algo que forma parte de mí desde la infancia. En mi tierra, Málaga, lo cofrade pertenece al núcleo de nuestras tradiciones.


P. ¿En qué le ha ayudado ser cofrade en su camino de fe?
R. Recuerdo a mi padre explicándonos a mi hermana y a mí la vida del Señor, concretamente su Pasión, al hilo de las imágenes de Semana Santa. Eso marca una impronta difícil de borrar. Cuando fui creciendo, las cofradías me han proporcionado una comunidad en donde vivir la fe y desarrollar mis actividades como formador y catequista.


P. ¿Cómo describiría el carisma cofrade?
R. El corazón cofrade está conformado por tres elementos esenciales:

-Culto: dar culto a Dios mediante la liturgia cuidada, hacer profesión pública de fe y llevar a cabo una catequesis plástica en medio de nuestras ciudades.

-Formación: crecer como cristianos, concluir el proceso de iniciación cristiana y estar en continua formación, con una teología adaptada a las necesidades de la comunidad.

-Caridad: llevar el amor de Dios a todos, especialmente a los más necesitados. Esto entendido, no como meros actos puntuales, sino como una forma de vivir, un compromiso estable con nuestros hermanos que más sufren.


P. ¿Qué otros medios le han ayudado en su camino de fe, además de la cofradía?

R. Mi familia, el colegio católico en el que me formé y la carrera de Teología.


P. ¿Qué cree que puede aportar la imaginería cristiana en esta sociedad actual tan secularizada y tan visual a la vez?

R. La «via pulchritudinis» ha demostrado ser, a lo largo de los siglos, un lugar privilegiado en el que la realidad se quiebra, manifestando aquello que es trascendente. Se podría decir que, a través de la imaginería religiosa, se puede tocar con los dedos el umbral del Misterio.

En una sociedad caracterizada cada vez más por los símbolos de fealdad y, como la llamaba San Juan Pablo II, la cultura de la muerte… se presentan las cofradías como guardianas de un tesoro espiritual de la Iglesia Católica, dique de contención contra el laicismo galopante que pretende borrar del ámbito público las raíces cristianas… y, lo más importante, como lugar de encuentro con la Verdad, Bondad y Belleza de Dios.


P. ¿Ha conocido casos de iniciación en la fe en jóvenes por medio de las cofradías?
R. Por supuesto. Yo mismo he dado las catequesis necesarias que ha llevado a jóvenes cofrades a completar su proceso de iniciación cristiana. Ha sido sin duda una experiencia de gracia.
 

Entrevista por: Miguel Jiménez (Hno) 


Artículo Anterior Artículo Siguiente
Christus Vincit