“El Señor es quien me arma de valor y endereza mi camino” Fátima Rabasco

“El Señor es quien me arma de valor y endereza mi camino” Fátima Rabasco

Fátima Rabasco

Mi nombre es Fátima Rabasco, tengo 22 años y no puedo concebir mi vida sin que el Señor sea el centro de ella. Desde pequeñita, recuerdo como Jesús formaba parte de mi vida sin buscarle. Y precisamente no nací en el seno de una familia especialmente católica, pero, sin embargo, yo incluía al Señor en todos los aspectos de mi vida a tan corta edad. Cada día me agradezco el ser tan convincente desde tan temprano, porque gracias a ello, a día de hoy mi árbol frondoso de la fe tiene las raíces muy fuertes. Veía a Jesús como un amigo más, como alguien que no me juzgaba y me acompañaba siempre. A veces, eso me pasaba factura y notaba como mis compañeros, que carecían de esto, hicieran comentarios desagradables al respecto. Pero, aun así, en mi corazón estaba Él, y yo me apiadaba de ellos porque no podían sentir este amor en sus vidas. 


"Veía a Jesús como un amigo más, como alguien que no me juzgaba y me acompañaba siempre"

Mi fe me hizo fuerte, y me hizo seguir un camino que no era el que seguía la sociedad. Pero nunca tuve miedo, porque el propio Jesús siguió su propio camino sin importar lo que dijeran ni pensaran. A día de hoy, es algo que sigo manteniendo y agradeciendo. 


Siempre me gusta decir que mi relación con el Señor como es tan cercana, pasa por determinados momentos que no siempre son lineales. Por supuesto, que he tenido etapas donde he flaqueado y ahí más que nunca, le he pedido que por favor no me deje alejarme. A veces, solo necesitamos tiempo para que todo se afiance, porque sentimos al Señor tan cercano que es algo normal.


"Intento ver a Jesús en todo lo que hago y en las personas que me rodean, considero que es una base muy bonita a construir"

Yo en mi vida, en mi día a día, intento ver a Jesús en todo lo que hago y en las personas que me rodean, considero que es una base muy bonita a construir. Un gran amigo, me regaló una pulsera que tenía una frase que me marcará siempre: “¿Qué haría Jesús en mi lugar?”. Considero que muchas veces es necesario hacernos esta pregunta y reflexionar, porque cuando tenemos un problema y pesamos en esto, las cosas se ven de otra forma. Porque Jesús está en los pequeños detalles de nuestro día a día, nos acompaña y nos guía.


Además, cada vez más he notado a Jesús en el Sagrario y es algo que siento como nos une aún más. Cuando tenemos algún problema acudir al Sagrario, es una fuente viva de paz y cobijo. No hay sitio más seguro donde encontrar a Jesús íntimo, atento y compasivo de nuestras súplicas. Acudir al Sagrario es recibir el abrazo del Señor, es recibir fe y esperanza a nuestros problemas, es sentirlo vivo. 


"Acudir al sagrario es recibir el abrazo del Señor"

Para concluir, me gustaría mencionar el Salmo 18, 33:  “El Señor es quien me arma de valor y endereza mi camino”


Él será siempre quien nos arme de ese valor que necesitamos para poder afrontar nuestras preocupaciones y, empapándonos de la fe, será quien enderece siempre nuestro camino como el niño que llevamos dentro y que siempre CONFIA en Él.


Gloria a Dios.

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