Clarissa Bisono.
Hola, mi nombre es Clarissa, tengo 19 años y soy dominicana (actualmente viviendo en los Estados Unidos) y hoy te vengo a contar una pequeña historia, así que te invito a que te sientes y te pongas cómodo/a, (no se pueden imaginar mi emoción y gritos detrás de la pantalla… bueno, vamos a comenzar.
Había una vez una niña que se llamaba Clara, ella era una niña muy tranquila, tímida y callada. Vivía en casa de sus abuelos, sus papas se habían separado antes de ella nacer y a principio de su niñez vivió 2 años con su tía porque su mamá se fue a estudiar a otro país y con su papa se veía muy pocas veces, él se encargaba de pagarle el colegio y llevarle la merienda, ese era su ´´deber´´, el sentía que solo era ese.
Clara siempre buscaba portarse bien, hacer las cosas bien, para estar bien con ella y con los demás. Muchas veces cuando su mamá no estaba ella, se sentía muy sola, a pesar de que tenía a toda su familia junto a ella, a sus tías, tíos, abuelos, era como si tuviera un hueco que no se llenaba con lo que ellos le daban.
Su mamá, después que llego de estudiar, se pasaba todo el tiempo trabajando, Clara se enfocaba en sus clases, su colegio, sus amigos. Ella de una u otra forma siempre estaba en búsqueda de esta aceptación, de aprobación, pero para todas estas palabras solo hay una definición: quería sentirse amada. Los años Pasan y Clara crece, aún con esa inseguridad, timidez y en busca siempre de la perfección.
Más adelante su mamá se une junto con otra persona, lo cual para ella fue un gran choque, después va a tener una hermana pequeña, lo cual fue una bomba para ella porque no quería, llevaba siendo hija única toda su vida y para ella y su familia fue muy difícil de asimilar. Hasta que nació su hermana y se enloqueció con ella, se maravilló.
A medida que su hermana fue creciendo, fue un caos porque ella no tenía mucha paciencia con la niña, ya que no podía hacer algunas cosas que hacia porque tenía que cuidar de su hermana, a veces la trataba muy mal y le hablaba peor, siendo una niña pequeña e inocente. Este temperamento de Clara iba creciendo con una compañera: la tristeza, lloraba mucho y sentía que nadie le prestaba atención, que no era valiosa ni importante para nadie, porque al igual que la otra vez, a pesar de que tenía a toda su familia, sentía la ausencia de sus papas, su mamá trabajaba mucho y cuando llegaba era a descansar, era la rutina de todos los días.
Comenzaron pensamientos a habitar en la mente de Clara, diciéndole que ella no era valiosa, que no se veía bien y que tenía que cambiar algo: su cuerpo. Que estaba muy gorda, que estaba muy fea, ella comenzó a escucharlos, a verse y a creerlos, haciendo dietas extremas, ejercicios, hasta desnutrirse, hasta tener un desorden alimenticio, hasta estar a un segundo de morir… (y si, llegamos al extremo de la historia).
Ella pidió ayuda, buscaron muchos médicos, centros y nada funcionaba, todo seguía igual, ella sentía que no podía parar, que era algo fuera de sí y sentía que no tenía control.
Ella en este estado y su familia súper desesperada y preocupada (ya se pueden imaginar). Un día uno de los amigos de su mamá, la invita a un retiro. Ella ya había escuchado mucho sobre este retiro porque su mejor amiga lo había vivido, no podía ir todo el mundo porque era que seleccionaban personas, pero esta vez ese amigo de su mamá le consiguió un cupo. Ana era católica, por su familia, iba a misas muy raramente, había hecho la primera comunión y ya está, además nadie sabía de qué se trataba el retiro porque nadie decía, ya que no se puede decir para que vivan la experiencia.
Resulta que Clara fue (casi obligada porque no quería ir), el retiro duraba 3 días, el primero para ella fue súper aburrido y no conocía a nadie, el segundo fue igual que el primero, pero con un detalle muy grande.
En este este segundo día, en la noche, Clara se encuentra con una persona, con un amigo que ella ni se imaginaba, ni soñaba, ni creía, ni pensaba. Jesús salió a su encuentro. En ese momento solo lagrimas se derramaban por sus mejillas, sentía que su corazón se abría, y era como si Él lo estuviera llenando poco a poco. Ese día Clara conoció al amor.
Había una vez una niña que se llamaba Clara, ella era una niña muy tranquila, tímida y callada. Vivía en casa de sus abuelos, sus papas se habían separado antes de ella nacer y a principio de su niñez vivió 2 años con su tía porque su mamá se fue a estudiar a otro país y con su papa se veía muy pocas veces, él se encargaba de pagarle el colegio y llevarle la merienda, ese era su ´´deber´´, el sentía que solo era ese.
Clara siempre buscaba portarse bien, hacer las cosas bien, para estar bien con ella y con los demás. Muchas veces cuando su mamá no estaba ella, se sentía muy sola, a pesar de que tenía a toda su familia junto a ella, a sus tías, tíos, abuelos, era como si tuviera un hueco que no se llenaba con lo que ellos le daban.
Su mamá, después que llego de estudiar, se pasaba todo el tiempo trabajando, Clara se enfocaba en sus clases, su colegio, sus amigos. Ella de una u otra forma siempre estaba en búsqueda de esta aceptación, de aprobación, pero para todas estas palabras solo hay una definición: quería sentirse amada. Los años Pasan y Clara crece, aún con esa inseguridad, timidez y en busca siempre de la perfección.
Más adelante su mamá se une junto con otra persona, lo cual para ella fue un gran choque, después va a tener una hermana pequeña, lo cual fue una bomba para ella porque no quería, llevaba siendo hija única toda su vida y para ella y su familia fue muy difícil de asimilar. Hasta que nació su hermana y se enloqueció con ella, se maravilló.
A medida que su hermana fue creciendo, fue un caos porque ella no tenía mucha paciencia con la niña, ya que no podía hacer algunas cosas que hacia porque tenía que cuidar de su hermana, a veces la trataba muy mal y le hablaba peor, siendo una niña pequeña e inocente. Este temperamento de Clara iba creciendo con una compañera: la tristeza, lloraba mucho y sentía que nadie le prestaba atención, que no era valiosa ni importante para nadie, porque al igual que la otra vez, a pesar de que tenía a toda su familia, sentía la ausencia de sus papas, su mamá trabajaba mucho y cuando llegaba era a descansar, era la rutina de todos los días.
Comenzaron pensamientos a habitar en la mente de Clara, diciéndole que ella no era valiosa, que no se veía bien y que tenía que cambiar algo: su cuerpo. Que estaba muy gorda, que estaba muy fea, ella comenzó a escucharlos, a verse y a creerlos, haciendo dietas extremas, ejercicios, hasta desnutrirse, hasta tener un desorden alimenticio, hasta estar a un segundo de morir… (y si, llegamos al extremo de la historia).
Ella pidió ayuda, buscaron muchos médicos, centros y nada funcionaba, todo seguía igual, ella sentía que no podía parar, que era algo fuera de sí y sentía que no tenía control.
Ella en este estado y su familia súper desesperada y preocupada (ya se pueden imaginar). Un día uno de los amigos de su mamá, la invita a un retiro. Ella ya había escuchado mucho sobre este retiro porque su mejor amiga lo había vivido, no podía ir todo el mundo porque era que seleccionaban personas, pero esta vez ese amigo de su mamá le consiguió un cupo. Ana era católica, por su familia, iba a misas muy raramente, había hecho la primera comunión y ya está, además nadie sabía de qué se trataba el retiro porque nadie decía, ya que no se puede decir para que vivan la experiencia.
Resulta que Clara fue (casi obligada porque no quería ir), el retiro duraba 3 días, el primero para ella fue súper aburrido y no conocía a nadie, el segundo fue igual que el primero, pero con un detalle muy grande.
En este este segundo día, en la noche, Clara se encuentra con una persona, con un amigo que ella ni se imaginaba, ni soñaba, ni creía, ni pensaba. Jesús salió a su encuentro. En ese momento solo lagrimas se derramaban por sus mejillas, sentía que su corazón se abría, y era como si Él lo estuviera llenando poco a poco. Ese día Clara conoció al amor.
"Porque tu Señor, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías."Salmos 70.
El retiro finalizo y todos con lágrimas en los ojos y con el corazón rebozando. Después de que Clara tuvo ese encuentro, fue que vinieron más cosas, recaídas, crisis de ansiedad, depresión, angustia, por fin encontraron un centro que si los ayudó (esto fue lo mejor). Después de meses, de años, del proceso de su enfermedad, ella y su familia salieron adelante, en medio del dolor, crisis, se unieron más, ella y su mama, se volvieron inseparables, cada día buscando sanar más y más.
Y si, sé que dirás: ¿entonces que me enseña esta historia? ¿Si es bonita y todo pero que hay detrás de ella?
Esta es en parte la historia de mi vida, pero lo que te vengo a dejar ya compartir con todo esto es que: Jesús me salvo. Y si, después de ese encuentro vinieron más crisis, pero ya sabía que no estaba sola, que todo iba a estar bien y que Él estaba junto a mi pasara lo que pasara, sin importar nada más. Y no lloraba sola, El lloraba junto a mí, ya no estaba a oscuras, El a través de la misa, los grupos, de los sacramentos me llenaba de Luz. ¡Era a El quien mi corazón buscaba desesperadamente, no solo necesitaba el amor de mi mama, ¡NECESITABA EL AMOR DE VERDAD, ESE QUE SOLO ÉL DA!
¿A ti que me estás leyendo, quien te dijo que estas solo? ¿Quién te dijo que estás sola?, ¡NO LO ESTAS!, NUNCA LO HAZ ESTADO! Por favor, no te creas más mentiras, Jesús sale a tu encuentro todos los días, solo tienes que abrirle tu corazón. Nadie, ningún amor humano va a llenar tu corazón, nadie puede penetrar y adentrarse en tu corazón, Solamente Tu Papa, solamente Dios, pues el tamaño de tu corazón es infinito al igual que su amor es infinito y infinito se llena con infinito.
No estás solo/a, eres muy amado, muy amada, no te imaginas cuanto, no te imaginas cuanto! Date la oportunidad, déjate a amar por Dios, por su amor, Él no te pide nada más que tu corazón. No tengas miedo y ve…
Y si, sé que dirás: ¿entonces que me enseña esta historia? ¿Si es bonita y todo pero que hay detrás de ella?
Esta es en parte la historia de mi vida, pero lo que te vengo a dejar ya compartir con todo esto es que: Jesús me salvo. Y si, después de ese encuentro vinieron más crisis, pero ya sabía que no estaba sola, que todo iba a estar bien y que Él estaba junto a mi pasara lo que pasara, sin importar nada más. Y no lloraba sola, El lloraba junto a mí, ya no estaba a oscuras, El a través de la misa, los grupos, de los sacramentos me llenaba de Luz. ¡Era a El quien mi corazón buscaba desesperadamente, no solo necesitaba el amor de mi mama, ¡NECESITABA EL AMOR DE VERDAD, ESE QUE SOLO ÉL DA!
¿A ti que me estás leyendo, quien te dijo que estas solo? ¿Quién te dijo que estás sola?, ¡NO LO ESTAS!, NUNCA LO HAZ ESTADO! Por favor, no te creas más mentiras, Jesús sale a tu encuentro todos los días, solo tienes que abrirle tu corazón. Nadie, ningún amor humano va a llenar tu corazón, nadie puede penetrar y adentrarse en tu corazón, Solamente Tu Papa, solamente Dios, pues el tamaño de tu corazón es infinito al igual que su amor es infinito y infinito se llena con infinito.
No estás solo/a, eres muy amado, muy amada, no te imaginas cuanto, no te imaginas cuanto! Date la oportunidad, déjate a amar por Dios, por su amor, Él no te pide nada más que tu corazón. No tengas miedo y ve…
@clarissaramirez30"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Dios tu Señor; estará contigo en dondequiera que vayas" Josué 1,9.