Yo soy en la Iglesia

Yo soy en la Iglesia


“No temas, te he llamado por tu nombre, eres mío” (Is. 43, 1)


La vida religiosa es un enorme don de Dios, la Iglesia es un gran tesoro, y que Dios me quiera en un lugar concreto de ella es una gran alegría. Amar a la Iglesia Católica en su diversidad de carismas es una gozada, y también que Dios regale momentos especiales en lo que comprobar su infinita misericordia y fidelidad. En este último mes el Señor me está colmando de sus bendiciones de una manera extraordinaria. Me llamo Miguel, tengo 27 años, y soy novicio de los Esclavos de María y de los Pobres (Alcuéscar, Cáceres).

El 27 de enero pude vivir de cerca la profesión perpetua del Hno. Dani E.D.M.P. (un joven extremeño de 27 años @dani_prado24 ), y supuso en mí un gran estímulo para seguir caminando, en el Instituto religioso Esclavos de María y de los Pobres, al ver cómo un hermano de comunidad avanza por delante de mí.

Además, pocos días después tuve la Gracia de ser testigo del que vi como “paso siguiente a los votos perpetuos”, al asistir al entierro de una monja jerónima en Garrovillas (Cáceres), y al contemplar el sereno rostro de ella en el que pude ver una vida santa que había perseverado hasta el final.

Más tarde, el 2 de febrero, día de la Vida Consagrada, el aspirante del noviciado, Alejandro (un joven sevillano de 25 años @Alex27Sep ), firmó su postulantado, dando así su primer paso en este camino, comprometiéndose a prepararse con un serio discernimiento para su futuro ingreso en el Noviciado con la toma de hábito. Por lo tanto, alguien que va por detrás me animaba a seguir adelante por ir creciendo en el seguimiento a Cristo.

Por último, Dios me mostró de una manera muy emocionante y palpable la belleza de su Iglesia, de la que soy un miembro de ese cuerpo, en el ejercicio del acolitado en la ordenación episcopal de D. Jesús Pulido Arriero, nuevo obispo de Coria-Cáceres. Tras dos años en sede vacante, ¡qué gozo más desbordante el vivir tan de cerca esta ceremonia! Fui testigo de cómo el Pueblo de Dios, representado en los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, familias, jóvenes, movimientos de la Iglesia, acogía a su nuevo pastor. Asistirle custodiando y acercando el báculo fue todo un honor y me hizo amar más al sucesor de los Apóstoles y a la Iglesia que pastorea.

Por todo ello: “dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.

 
  
 
Hno. Dani emitiendo sus votos perpetuos.
 

 

Alejandro en su postulantado.

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