Mons. Héctor Pérez Villarreal, obispo auxiliar de México, contó a unos jóvenes que se preparaban para la Confirmación unos hechos que le ocurrió a él con una joven y que Churchpop ha recogido.
Un domingo después de Misa, una joven se acercó al obispo para que la confesara. Durante la confesión le dijo que se iba a suicidar. “¿Por qué te quieres suicidar?”, le preguntó el prelado. La joven contestó: “es que ya no le importo a nadie. He hecho cosas tan feas, que estoy segura que cuando mis papás sepan, no me van a querer”.
El obispo intentó hacerle ver que Dios la amaba y seguro que sus padres también. Pero ella seguía con su intención. Cuando pidió la absolución, se la denegó puesto que no había arrepentimiento y continuaba con su idea del suicidio.
Él la envió a la capilla del Sagrario, se aburría, salió a fumar, pero algo la hizo entrar. Finalmente desistió de su empeño explicando que en la capilla había visto a una señora llorando por la muerte de su hijo y seguramente su madre lloraría igual.
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