En la homilía del día de la Virgen Blanca, el Obispo de Vitoria, Mons. Elizalde, calificó la actual moral o ética social como de «una doble moral», en la que «nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos la violencia, las agresiones o los pinchazos en la noche de los jóvenes y a la vez hacemos la vista gorda a su exposición totalmente abierta al consumo de drogas, tabaco, alcohol o pornografía, mientras que en plataformas audiovisuales y redes sociales se les estimula a una hipersexualidad desvinculada de afecto y proyecto que, combinado con el acceso a la pornografía, supone una concepción errónea y perversa del amor, del sexo y del respeto a su propio cuerpo».
Cuestionó a los padres y educadores: «¿Por qué callamos ante estos excesos? ¿Por qué renunciar a los valores de nuestros mayores, que tanto cosecharon para que nosotros seamos quienes hayamos recogido los frutos? ¿Por qué bajar el listón en el esfuerzo y el compromiso para una niñez y juventud libres de los vicios de los mayores? ¿Por qué desechar nuestra raíz, nuestro sistema de valores? La existencia de algo peor no convierte en bueno lo malo».
«Es posible una educación mejor. No dejemos que el monopolio de su educación y formación dependa de extraños intereses. Sabemos y conocemos los valores que han hecho de nuestra civilización la del progreso, precursora de los derechos humanos, del respeto al prójimo, de la paz entre distintos, de la tolerancia como forma de convivencia y de la democracia como sistema político. ¿Queremos renunciar a esto?» se ha preguntado.
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