Evangelio: Mateo 1,16.18-21.24
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
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Hoy Lunes 20 de Marzo celebramos la Solemnidad de San José, Esposo de la Virgen María y Padre Nutricio del Señor, una solemnidad que la Iglesia celebra cada 19 de Marzo, pero que en este año, al coincidir con el tercer domingo de Cuaresma se traslada al Lunes siguiente. La razón de este cambio reside en que el Misal Romano establece que los domingos de Adviento, de Cuaresma y de Pascua tienen precedencia sobre todas las solemnidades, a excepción de las fiestas del Señor.
En la antífona de comunión de la Eucaristía se pronunciaban las siguientes palabras "Siervo bueno y fiel, entra en el banquete de tu Señor". Seguramente son las palabras que también escucharía San José por su cumplimiento amoroso, alegre y fiel en la tierra. Y es que no hay adjetivos más representativos de San José que los citados en la antífona "Siervo" "Bueno " y "Fiel" .
El Señor, bajo la figura de San José quiere recordarnos la importancia de la fidelidad en nuestro compromiso para con Él y para con los demás, la fidelidad a la vocación recibida de Dios, a la llamada que cada cristiano ha recibido, que no es otra cosa que su quehacer en el mundo según la voluntad de Dios.
Y es que nuestra vida no tiene otro sentido que ser fieles al Señor, en cualquier momento de nuestra vida, con cualquier edad y en cualquier circunstancia en la que nos encontremos, porque del cumplimiento de nuestra fidelidad a Dios depende, y lo sabemos bien, uno, por no decir, el mayor deseo del hombre, como es la felicidad.
San José, pasó por múltiples situaciones, y no todas fueron humanamente gratas, podemos recordar algunas llenas de incertidumbres y sufrimientos como por ejemplo; la duda ante el misterio obrado en María, la pobreza casi extrema en Belén, la profecía de Simeón en el Templo sobre los sufrimientos del Mesías, la angustiosa huida a Egipto.... entre muchísimas otras situaciones, pero él nunca perdió la esperanza, permaneció firme como la roca y contó siempre con la ayuda de Dios ¡Nada desvió a José del camino que se le había señalado!
¿Qué crees que San José no tenía planes de vida? Por supuesto que sí, pero ante esta llamada de Dios, deja de lado todos sus planes y todas las razones meramente humanas. Y es que Dios le confió a José una de las misiones más importantes, tal y como dice la oración colecta "Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José..." le confió el cuidado del Mesías, de quien vendría nuestra salvación.
Al igual que a San José, Dios también quiere confiar en nosotros para cosas grandes. En este día tan importante donde la Iglesia celebra a su patrono, es un buen momento para que todos renovemos nuestra entrega a la vocación que a cada uno de nosotros ha concedido el Señor. Y si aún no la sabemos, es también un buen momento para preguntarle a Dios que tiene preparado para nosotros.
Dios espera de todos nosotros una actitud despierta, amorosa, llena de iniciativas. ¡El corazón del Santo Patriarca estuvo siempre lleno de alegría, incluso en los momentos más difíciles! Hemos de lograr que nuestro quehacer divino en la tierra, nuestro caminar hacia Dios sea siempre nuevo y que al final de nuestra vida, cuándo nos examinen del amor, podamos escuchar las palabras "Siervo bueno y fiel, entra en el banquete de tu Señor" de boca de Dios, con eso sabremos que hemos sido fieles a la vocación recibida, aunque hayamos tenido que recomenzar muchas veces con humildad y sencillez de corazón
¡Feliz día de San José! ¡Feliz día del Padre!