Anthony Enitame Acuase es un nigeriano que, como muchos otros, llegó a España en patera. Ha relatado a Omnes el duro camino que tuvo que recorrer por el desierto hasta conseguir embarcar rumbo a España.
Pero lo más sorprendente de su historia es que, tras un discernimiento y con la ayuda de un sacerdote, se encuentra ahora en su quinto curso en el Seminario Conciliar San Bartolomé de Cádiz para ordenarse sacerdote si Dios así lo quiere.
“Dios aprovecha cada situación para abrir una puerta nueva. Cada momento de mi vida doy gracias a Dios por todo el bien que me ha hecho porque estuve a punto de morir varias veces. Fue un viaje largo, a través del desierto desde Nigeria a Marruecos. No teníamos apenas con qué sobrevivir, varias veces tuve que beber mi propia orina. En Marruecos cogí una patera a España con riesgo de morir porque los africanos no sabemos nadar casi nunca, varios murieron en aquel viaje. Ahora creo que el Señor permitió todo este sufrimiento para hacerme fuerte, para prepararme para la vocación a la que me llama”.
Tras ver una película sobre un sacerdote su vida no volvió a ser la misma. “Yo no pertenecía a la Iglesia, y vi una película en la que aparecía un sacerdote que tenía una vida plena, una gran intimidad con Dios y con el pueblo de Dios, que siempre rezaba y, tras la oración, tenía una gran alegría… en ese tiempo, yo no sabía que un ser humano podía tener esa intimidad con Cristo y esa entrega al pueblo de Dios».
Afirma con rotundidad que “la oración es el arma principal de todos los cristianos, especialmente a los que el Señor ha llamado. Para mí, es el momento central para hablar con el Señor que me ha llamado. Busco un lugar tranquilo donde pueda mantener una conversación ‘de corazón a corazón’, como cuando uno habla con un amigo y comparto con él mis deseos, mis preocupaciones y problemas… e incluso aquellas cosas que no entiendo. Sobre todo, doy gracias por la vida que me ha dado.
Te dejamos la entrevista completa que publica Omnes de este apasionante testimonio.