En cartas al director del Diario de Navarra, escribe Emilio Garrido una muy bonita, sobre la Navidad, que invita a la reflexión.
«La Navidad sin Dios no existe, no es Navidad. Dos mil años llevamos celebrando la Navidad, porque un niño indefenso, llamado Jesús, viene a salvarnos. ¡Es el Mesías prometido! Llegó y el mundo cambió. Qué misterio, qué enigma tan fuerte…»
«…debemos volver a redescubrir a Dios-Niño, el de Belén, el del portal, el sin posada, el desnudo, y el que espera sin descanso que volvamos de nuevo a Él. Ahí nos espera en su cuna de madera entre pajas y pañales, pequeño y grande, para que hagamos un esfuerzo individual, para volver a creer y amar a quien nos espera cada día, sin pedir apenas nada en su pobreza de portal».
«El vivir para mí, el disfrutar por disfrutar, ajeno a la realidad cultural que hemos aprendido y vivido durante generaciones, solo trae vacío intenso que justificamos ahora con el cosmos, el universo, pura casualidad, el azar, la nada. Claro que hay que disfrutar, comer, vivir, querer, amar, comprar, regalar, etc. Todo se puede hacer, pero con un espíritu trascendente…»
Te recomiendo que leas la carta completa en Diario de Navarra