En su audiencia semanal, de todos los miércoles, el Papa ha mostrado y besado una bandera de Ucrania que le había traído unos peregrinos desde Bucha, la última ciudad en la que se han cometido tantas atrocidades y muertes.
«Ayer desde Bucha me trajeron esta bandera…», ha dicho mostrando una bandera de Ucrania descolorida. «Esta bandera viene de la guerra, de esa ciudad martirizada.»
Como informa ABC, un grupo de niños ucranianos con sus madres subieron al estrado y el Santo Padre. «Estos niños han tenido que escapar de su tierra hacia una tierra extraña», los ha señalado. Mirando sus rostros ha dicho: «este es uno de los frutos de la guerra. No los olvidemos y no olvidemos al pueblo ucraniano. Es duro ser erradicado de la propia tierra por la guerra».
«Las recientes noticias, en lugar de traer alivio y esperanza, dan fe de nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha. La crueldad es cada vez más horrible, incluso contra civiles, mujeres y niños indefensos. Se trata de víctimas cuya sangre inocente clama al cielo e implora que se ponga fin a esta guerra, que se silencien las armas»
Fuente: ABC